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LA FAMILIA Y LA ESPERANZA

Habia una vez una familia que vivia en un campo, todo era verde. El padre se llamaba Juan, su esposa se llamaba Fernanda y tenian dos hijos que se llamaban José y Carla. El dia lunes por la mañana, la familia se había ido a trabajar en la chacra con sus toros. Terminaron tarde. Fernanda cocinó sopa para la cena, José y Carla la estaban ayudando. Juan traia la leña, la familia cenó y se fueron a dormir.


Al dia siguiente Juan y Fernanda se levantaron temprano. Juan estaba alimentando a sus toros, burros, cerdos, gallinas y ovejas. Fernada preparaba el desayuno. José y Carla despertaron, su madre les dijo: tomen el desayuno, vamos a ir a trabajar en la chacra y los hijos dijeron: sí, mamá. Por la tarde, se fueron a la chacra sin almorzar, porque no tenian mucha comida. Los padres solo esperaban, que lo que ellos cultivaban en la chacra, no se muera por la llovizna que ya se aproximaba. Ya que con ello vendian en el mercado del pueblo y solo de eso vivian. Ellos cultivaban papa, oca y habas. El dia miércoles por la mañana, a los padres les habia llegado una carta que les avizaba que estaban atrasados en sus cuotas del banco. Hace un par de años, la familia pidió un préstamo para ampliar la chacrita, esperanzados porque los preciso de las habas y las ocas habían subido. Los padres, al leer la carta, se preocuparon porque era mucho el tiempo que estaban atrasados en sus cuotas.


¿De qué iban a vivir nuestros hijos ahora?, se cuestionaban angustiados. Si nos lo quitan todos, no podremos mantenera nuestra bonita familia. Los padres no tuvieron más opción que vender algunos animales para pagar al banco una parte y pedir que les den más tiempo para pagar lo que falte. Los niños estuvieron tristes porque iban a vender sus animales más queridos: el torito y Luchín, el burrito. Al dia siguiente ya solo quedaban dos toros y un burro.

Ahora era tiempo de que los padres y los niños tenian que trabajar mucho más. Durante los siguientes cuatro meses, la papa, las ocas y habas iban creciendo sin sufrir daños de la helada. Los padres estuvieron muy felices, tenían esperanzas de que podrían venderlo todo a buen precio y pagar las deudas que tenían; ellos no perdieron la esperanza durante los meses que pasaba. Llegó el momento de la cosehca; ahora lo que habian cultivado lo iban a sacar y lo fueron a vender.


Vendieron todo. Pudieron pagar con eso gran parte de la deuda y además alcanzó dinero para comprar algunos animales, porque necesitaban 2 vacas, 4 cerdos, 1 burro, 10 gallinas y 30 ovejas, lo necesitaban por que las vacas les iba a dar leche y hasta podían parir crías, los cerdos, para que ellos prepararan chicharrón en el local comunal para venderlo como almuerzo y otras comida más; burros para que ayude a que se carguen los sacos de papa, oca y habas del próximo añp; las gallinas para que pongan huevos y los puedan vender en el mercado. Todo estaba saliendo bien. Solo los padres se sentían un poco mal porque sus hijos no habñian podido ir al colegio ese año por ayudar en el trabajo. Pero el suiguiente año los niños iban a ir a la escuela. Ahora si se pudo ir a la escuela.

El año siguiente, cuando los niños llegaban de la escuela, llegaban felices, por que habian aprendido la multiplicación, la suma, la resta y la división. En los meses que habían pasado, las 2 vacas tenían 1 cría cada una, los cerdos hembras parieron cerditos, las gallinas habian puesto huevos y algunos de las ovejas habian puesto crías.


Una noche, cuando toda la familia estaba durmiendo, un lobo se acercó al corral de las ovejas, entró y se comió una ovejita. Al dia siguiente el padre se despertó y cuando iba a alimentar a las ovejas, vio que una ovejita había desaparecido, Juan y toda la familia estuvo muy triste. Juan decidió llevar a todos los animales al cerro para que se alimenten bien, porque no tenian mucha comida para alimentar a los animales. Por la tarde, Fernada hacía el almuerzo, estaba sola, ya que sus hijos estaban en la escuela ahora. Terminó de hacer el almuerzo, y sus hijos habian llegado. Jose y Carla almorzaron, pero Fernanda esperaba a Juan, ya era muy tarde y estaba lluviendo muy fuerte. Pasaron horas, era las 3:30 y no llegaba aún. Sus hijos también empezaron a preocuparse. José le dijo a su madre que iba a ir a buscarlo. Su madre le dijo que no, que era muy peligroso. José no obedeció y se fue a escondiditas al cerro, todo esa noche estuvo lloviendo, José tenía mucho frío, pero no se iba a rendir tan fácil. Estaba preocupado por su padre, porque no lo encontraba. Pasaron varias horas y lo encontró; él estaba ya viniendo con todos los animales que se le habían escapado. José fue corriendo y abrazó a su padre, le pregunto por qué tardó tanto, y el respondió que “estaba protegiendo a los animales de los lobos, me iban a atacar a mí y no tuve más remedio que correr con todos los animales, y los perdi a los lobos”. José respondio: “qué bueno que estés bien”. Juan y José habian llegado a casa con los animales. Fernanda y Carla estuvieron muy felices de que Juan y José estuvieran bien. Fernada regañó a José por haberse ido al cerro tanto rato y por preocuparlos aún más; pero lo perdonó. Finalmente la familia cena y se va a dormir.

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